Versátil.es 2008, Jueves 13 de Marzo, La tarde

Llegamos por fin al último día. Esta crónica se me está haciendo eterna.



Jueves 13 de Marzo. La tarde

18:00 Lectura de poemas: Jesús Aguado y Karmelo C. Iribarren


Jesús Aguado (presentado por Alba Tardón, de COLMO) es poeta y traductor. Su obra se compone de los poemarios:

- Primeros poemas del naufragio, editorial , 1984.
- Mi enemigo, editorial, 1987.
- Semillas para un cuerpo, editorial, 1988.
- Los amores imposibles, editorial Hiperión, 1990.
- La gorda y otros poemas, editorial, 2001.
- Lo que dices de mí, editorial, 2002.
- Heridas, editorial, 2004.
- La astucia del vacío, editorial, 2005.

Jesús Aguado, con su acento del sur y su extraña trayectoria vital, leyó poemas de La gorda... y varios poemas más del resto de su obra directamente de entre las páginas de las pruebas de impresión de su futura antología Mendigo:


Como aquel alfarero

Como aquel alfarero que rompía las jarras
nada más terminarlas.
Sin perder la sonrisa
destrozaba los platos y los vasos

y luego se ponía a decorar
los fragmentos dispersos por el suelo
con sangre que sacaba gota a gota
de sus dedos y brazos, de sus muslos,
de las callosas plantas de sus pies.

Extraía de sí los pigmentos del alma
hasta quedar exhausto
y venir los insectos
a chupar sus heridas.
Los vecinos,
por compasión, ponían monedas en el torno
y se llevaban trozos de loza hasta sus casas.

Al despertar seguía sonriendo
y de nuevo amasaba en el barro mojado
las formas de lo informe,
los diminutos cuencos donde cabe lo eterno.

Vikram Babu pregunta:
¿dónde bebes?

(de Los poemas de Vikram Babu)

No estés triste, amor...

No estés triste‚ mi amor‚
y si lo estás‚
que tu tristeza sea un modo de vengarte
de Dios y de las flores‚ de la alegría inútil
que debe ser la vida según ellos‚
y no estés triste nunca
por las cosas que pasan o no pasan‚
sino solo por esto: porque contempla la tristeza
desde lejos a Dios y a las flores y al tiempo
y nos lleva al lugar donde amar es posible.

(de Semillas para un cuerpo)


Karmelo C. Iribarren - y aquí - (presentado por Cristina, de COLMO) es un poeta del norte: Estatura media, pelo corto, andar lento, con pausas, voz átona o monótona, la mirada del que ha visto demasiadas veces el mar confundido con un cielo gris, tan gris como el futuro. Y muchos silencios entre medias. Ha publicado (dícen que tardíamente pero eso qué importa):

- Bares y noches, Ateneo Obrero de Gijón, 1993
- La condición urbana, editorial Renacimiento, 1995.
- Serie B, editorial Renacimiento, 1998.
- Desde el fondo de la barra, editorial Línea de fuego, 1999.
- La ciudad (Antología 1985-2001), editorial Renacimiento, 2002.
- Calle del aire, editorial Renacimiento, 2007.
- Ola de frío (Antología completa), editorial Renacimiento.


Iribarren, despacio y algo dubitativo a la hora de elegir los poemas, leyó, sin embargo con convencimiento y convenciendo. Recitó poemas como: Los zapatos, el poder, en el balcón fumando, espiral de humo, tanto colorín o Los paraguas, los taxis.

Los paraguas, los taxis

Acabo de tirarlo,

35 minutos bajo la tormenta
-esperando un maldito
taxi-
han podido con él.

Pero cómo se ha portado.

Ésa es la diferencia:
los taxis son como ciertos amigos,
nunca están cuando más los necesitas.

Los paraguas, en cambio, mueren por ti..


Señor

No es que moleste
en sí, pero
cuesta acostumbrarse.

Eso de que vayas
por ahí
tranquilamente
y se te acerque
una chavala
y te diga:

«¿tiene hora, señor?»,

eso de que te saquen
de la pista
con tanta educación,
no es fácil de asumir,
qué duda cabe.

Consideración para las lecturas: Karmelo, su forma lenta y metódica de recitar imponía mucho más que el deje andaluz de Aguado. Pese al anecdotario del andaluz, me quedo con el vasco.



20:00 Acto de clausura. Lectura de poemas de Luis Alberto de Cuenca.

No estuve. Me fui a mi casa a descansar, cambiarme y cenar tranquilamente, para estar con pilas para el post-versátiles de la noche.

Sirva aquí el último trocito de la crónica de José Luis Merino para que os enteréis de algo. Yo simplemente me permito añadir la opinión de Nacho Escuín (citado como buenamente recuerdo):

"es al tío que mejor he oído recitar poesía; hacía lo que quería con el ritmo, con el verso; impresionante"

Y un poema de Luis Alberto de Cuenca para no perder la costumbre:

Deseada

Era su turno. Cuidadosamente
dobló la gabardina sobre el brazo.
Se echó el pelo hacia atrás, y su mirada
se cruzó con la mía. Con los ojos
le devolví la calma. Se marchaba,
pero regresaría, y todo aquello
terminaría bien. Cerró la puerta.
Yo me quedé sentado, acariciando,
tembloroso, su ropa interior verde.


Consideración para el final de la crónica: Sé que me mojo poco. Sé también que no lo cuento todo, que faltan anécdotas y copas de vino y discusiones. Sé que faltan por ahí falsos camareros y algunas lágrimas. Quedan en el tintero medias sonrisas, risas enteras y felicitaciones. Pero eso... os lo cuento en persona.

1 comentario:

mi dijo...

En persona????
Me lo pones difícil!
Espero que te haya ido excelentemente bien, ya hacías falta.

Me dio risa el de "señor" y el del "paragua"

Besos, Supiot.

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