República

Y yo, así como se saborea una fruta
te besaba con toda la boca
un poco por todas partes, monte, valle, llanura.

Paul Verlaine


Tomé entre mis manos la copa
de sus muslos y caderas.
Sobre mis hombros sostuve
el centro de su mundo.
Sacié mi sed con su pecado.
Colmé mi boca con su aroma.
Abracé el pomo que abre todos los umbrales.
Sumergí mi ágil verbo en su bahía.
Desgrané cada pudor con mis susurros.
Recogí el testigo que derramaban sus jadeos.
Exploté el rubor rojo que invadía sus mejillas.
Recé a afrodita arrodillado ante su cama.
Recorrí la anatomía abrupta de sus formas.
Me culpo de buscar su muerte,
de liberar al alma de su hábito,
de pervertir a aquella joven con retórica,
de ser su Sócrates. Mea culpa.

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