Este poema está dedicado a Jesús Carrasco, un gran y viejo amigo. Se va en breve a conocer mundo y practicar italiano, a estudiar y vivir la vida (no necesariamente en ese orden) y como no tendré mucho tiempo la próxima semana, aquí va mi pequeño homenaje a nuestra amistad.
Tengo un amigo largo y de mi generación
que va coleccionando frases de las paredes
como si estas pudieran contarle alguna historia.
Así, llega a los bares y arranca de sus baños
perlas de sabiduría popular, ingenio a vueltas de la vida.
Camina por las calles mirando las fachadas,
las puertas de los vados, las cabinas.
Las fotografía.
Y luego, cuando estas con él y te las muestra
no ves en realidad sus letras negras,
los garabatos de unas llaves contra la escayola.
Hay en cada imagen el retrato de un hombre,
largo y de mi generación,
que buscando palabras
se busca un poco también a sí mismo.
que va coleccionando frases de las paredes
como si estas pudieran contarle alguna historia.
Así, llega a los bares y arranca de sus baños
perlas de sabiduría popular, ingenio a vueltas de la vida.
Camina por las calles mirando las fachadas,
las puertas de los vados, las cabinas.
Las fotografía.
Y luego, cuando estas con él y te las muestra
no ves en realidad sus letras negras,
los garabatos de unas llaves contra la escayola.
Hay en cada imagen el retrato de un hombre,
largo y de mi generación,
que buscando palabras
se busca un poco también a sí mismo.
P.D. Si lees esto, Carrasco: si, ya es el segundo poema que te dedico. Espero que este sea algo mejor... ;)
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